Por: Redacción
Porque un shot combina mejor con una cerveza, pero en moderación.
He aquí el problema: en los países anglófonos el whisky se sirve en shots y la cerveza de barril en pintas [473 ml]. A primera vista no parece problemático. Sin embargo, a veces —de acuerdo, muchas veces— me gusta combinarlos, le doy un trago a uno y luego al otro. Terminarme un shot me toma alrededor de siete tragos y una pinta, alrededor de 15. (Sí, los conté, es parte de mi trabajo.) La pregunta es: ¿me tomo dos whiskys —ya sea por separado o uno doble— por cada pinta? ¿Una vez que se termine el whisky, me sigo bebiendo la pinta? En cualquier caso, es demasiado alcohol, sobre todo si la cerveza es de las artesanales fuertes como las que estamos bebiendo hoy en día. Y antes de perder la cuenta, perdemos la cabeza. O más bien, Dios me libre, ¿dejo la cerveza que me queda en una mesa vacía y pido una fresca para continuar con el próximo round? La solución, sin lugar a dudas, es una cerveza chica. Un vaso de cerveza, no una pinta.
En algunos bares, te ven raro. Sin embargo, en muchas culturas que combinan la cerveza con un shot, cuando pides una bebida suave, te sirven una cerveza chica. En los Países Bajos, por ejemplo, su kopstoot —un “cabezazo”, la bebida nacional— es un shot en forma de tulipán de jenever y un vaso de cerveza de poco menos de 250 ml. En Brasil acostumbran a tomar sus cachazas artesanales con una cerveza clara helada servida en un vaso pequeño o bebida de una botella de 300 ml. Sólo en los países anglófonos se sirve una pinta con un shot.
Una vez que adoptes el hábito de la cerveza chica, le encontrarás otros usos. Pido una cuando he tomado varios cocteles y aún no quiero irme del bar. Además, 240 ml de una cerveza
clara, suave y fría supone una bebida con la que puedo brindar y de la que puedo beber sin caerme de mi lugar. Durante el almuerzo, es la medida adecuada para recompensarme (incluso si la
recompensa es por ascender de nivel en Angry Birds) sin despojarme de la energía que necesitaré al volver a la oficina y ahora sí, ponerme a trabajar. En otras palabras, la cerveza chica
es una oportunidad para tomarte una cerveza cuando de otro modo no te la hubieras tomado. No supone menos cerveza cuando hubieras tomado más. Y esto a todos nos viene bien.
¿Cómo pedirla?
Muchos bares sirven cervezas chicas. En los que no, te recomendamos pedirla así: “Una cerveza chica, por favor, media pinta” o “Una cerveza en un vaso alto no tan lleno” “Sí, está bien, cóbremela completa si no hay más remedio”.
¿Cómo beberla?
Tomar cerveza con un coctel es mejor que no tomar cerveza, pero si ya vas a combinarlas lo mejor será que lo hagas bien. Aquí están nuestras cuatro combinaciones favoritas.
CERVEZA OSCURA + ARMAÑAC
Este primo veterano del coñac es seco y amargo. Sin embargo, una suave cerveza oscura aligera el amargor y permite que persista la riqueza de sus sabores.
IPA + WHISKY DE TURBA
Las cervezas oscuras de variedad pálida y espumosa producidas en EU [Indian Pale Ale] son espesas y amargas, pero cítricas y especiadas. Al combinarlas con un whisky de turba como el Ardbeg, potencian su sabor.
HEFEWEIZEN + TEQUILA AÑEJO
El tequila y la Hefeweizen, o cerveza blanca, comparten toques especiados, de chocolate y naranja; además, la frescura de la cerveza refresca el paladar antes de cada trago
KÖLSCH AND + WHISKY IRLANDÉS
Una cerveza stout combina bien con el whisky irlandés, aunque su amargura cubre el sabor del whisky. Una cerveza alemana ligeramente cremosa no lo hace.
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